#gallinas

Como lo prometido es deuda, hoy toca hablar de lo que todos estábais esperando. Hoy toca hablar de pollas reales. Hoy toca hablar de un macho de verdad, nuestro negro del wasap ibérico:

Fernándo VII, el rey pollón

Así es queridos paquidermos, Fernando VII dió por culo a todo un país, y para semejante azaña no es posible sin un gran pene.

Recordemos, primero de todo, quien era Fernando VII, también llamado "el Deseado" (no era para menos) o "el Rey felón" (falón no le venía mal tampoco), pero quien quiera saber su nombre completo que acuda a la Wikipedia, y ahí podrá encontrar sus 10 líneas de nombre. Su padre Carlos IV fue una de sus primeras víctimas, al que le montó un motín en 1808 para hacerse con el poder.

En cualquier caso, todo la puñalada trapera que le metió a su padre no sirvió de nada, porque a los 3 meses abdicó en Jose Bonaparte y se fue a jugar a las cartas con su padre a Baiona.

Pero el pueblo le echaba de menos, asique organizaron la mayor insurrección antinapoleónica de Europa para traerle a casa, y entre batallas escribieron una carta magna con la que Fernandito se limpiaría el culo a su vuelta.

Tras su reinado, ni muerto nos dejó tranquilos, puesto que su muerte dio comienzo a 3 guerras civiles.

Bien, ahora que estamos bien situados, vamos con lo importante: Su polla.

Y es que Fernandito no era de buen ver, hasta el punto que su primera esposa escribió que estuvo a punto de desmayarse la primera vez que lo vió, y que lo que los retratos expresaban como "feo" era más bien "un adefesio". Asique podríamos estar ante uno de los primeros casos de Photoshop en Tinder.

Además era extremadamente vago. En sus 5 años prisionero en Francia no movió un puto dedo, salvo para escribir para pedirle una esposa a Napoleón y cuando apareció un irlandés para rescatarle, le denunció a los franceses. Y pensábamos que Froilán...

Fernando tenía muchas deformaciones, como no podía ser de otra forma con esa sangre remezclada de casarse entre primos, pero una de ellas, la que clínicamente se llama hipertrofia genital es la que nos ocupa. Dejando a un lado la jerga médica, se podría decir que Fernando tenía un pollón.

Pero antes de que empeceis a buscar su prominente miembro en pornhub, he de informaros de que este hecho, que hasta el momento podría parecer un regalo de Dios para el elegido por su gracia, no era tal, ya que complicaba el coito. Mucho. Hasta el punto de que su primer matrimonio no se consumó hasta casi un año después de la boda, lo que desesperaba a su suegra.

Para que os agáis una idea del asunto que tenía su majestad, un escritor francés que tuvo el honor de contemplarlo, Merimeé, lo describió así:
Miembro viril largo como un taco de billar, fino como una barra de lacre en su base y tan gordo como el puño en su extremidad

Pero eta es una grán nación, como diría un señor de Pontevedra, y el destino de una potencia colonial no podía depender de los coitos de un señor deforme, asique los médicos de la corte, la vanguardia de la medicina española, trabajaron día y noche para lograr un ingenio capaz de solventar tan terrible situación.

Que cual fue? Pues una almohada con forma de donut. Este prodigio de la ingeniería debía hacer tope con la familiar de turno, impidiendo que el miembro se chocara contra la pared del útero.

No os debe extrañar entonces la espantada de su tercera esposa, de 16 años, al ver a su marido en pelota picada con el donut en el asunto. A la segunda caricia le faltó habitación para correr (y el otro detrás).

Tuvo que intervenir el Vaticano, nada menos, para recordarle a la txabala que su opinión no importaba una puta mierda, que los polvos eran asunto de estado, pero ni aún así logró heredero.

A la cuarta esposa fue (casi) a la vencida. Por segunda vez, se casó con una sobrina suya, con la que tuvo dos hijas, y poco después murió.

#OnsbsMegaToots