Lo llamaban el azote de la homeopatía pero no paraba ahí: astrología, grafología, parapsicología, psicoanálisis, quiropráctica, toda pseudociencia que se manifestara delante suya era motivo para vapulear con la mayor violencia verbal posible a la persona responsable. No era de extrañar que en los medios audiovisuales gozara de una gran popularidad. Los telespectadores lo aclamaban cada vez que salía en pantalla "destrozando" a conspiranoicos y creyentes del más allá. El vídeo en el que un miembro escéptico del público le preguntó por su meta en la vida no obtuvo un solo like. La única conspiración verdadera, dijo, es que todas las conspiraciones son mentiras diseñadas para controlarnos y mi destino es probarlo hasta que no me quede aliento. #tootesceptico