Plantó una semilla
un niño entre piedras,
cerca de una rosa
alta, esbelta y bella.
Nació junto a ella
una margarita
con pétalos grandes,
¡de las más bonitas!
Miraba la rosa
celosa a la flor
y al verla tan bella
empalideció.
Veía la rosa
crecer a la flor,
cuanto más hermosa
mayor su dolor.
Se fue marchitando
de celos la rosa
y antes se arrugó
por ser envidiosa.