Divina visión
En el único instante en que la vio,
Dante supo que iba a amarla
para siempre,
y que otros sabrían de ese amor
por sus poemas.
Era un amor,
inscrito entre los versos hilvanados
de un temprano humanismo.
Si hubiera sido hoy,
Dante habría buscado un pincel
y una pared en blanco
para escribir:
te quiero».