Los andaluces no son gallegos, ni los vascos valencianos ni los catalanes extremeños. Afirmar lo contrario se consideraría un absurdo. De la misma manera lo es confundir a los leoneses con los castellanos, aunque tal imposición sea tolerada por muchos. Suprimir las características propias leonesas que los distinguen de los otros pueblos peninsulares (la lengua, las costumbres o el folklore) para asimilarlos como castellanos, supone una agresión intolerable, en definitiva, un etnocidio.
El vitigudinense Manuel Moreno Blanco es claro en 1977, en su obra 'La Gudina. Memorias de un nativo':
― ¿Pero no es usted castellano?...
― No, yo soy de La Gudina y si acaso del reino de León. Soy tan castellano como catalán (...) pienso siendo leonés de La Gudina.
Las provincias leonesas de Zamora y Salamanca se han visto sometidas a un proceso de castellanización, que ya ponía de manifiesto Julio Caro Baroja en su monografía 'Los Pueblos de España'. Como afirma Juan Pedro Aparicio:
"Caro Baroja ha sido quien con carácter científico ha estudiado la identidad regional de los pueblos de España. Nuestro gran antropólogo entiende que el particularismo regional que hoy observamos tiene sus raíces en la Edad Antigua... Caro reconoce que en Zamora, sobre todo, y en menor medida en Salamanca, se hallan rasgos decididamente leoneses: la habitación en la zona de Sanabria, en la Alberca; el trabajo de la mujer en la zona occidental zamorana y salmantina; la covada en Benavente..."
1/X
La palabra etnocidio no es muy usada y se refiere a la destrucción de todas las raíces y posibilidades de desarrollo cultural de un país, anulando su personalidad y su capacidad de realización económica y política.
Consideraremos, pues, etnocidio la pérdida de manifestaciones culturales, de vías de comunicación entre los habitantes, de puestos de trabajo, de industrias, etc., no siendo reconocidas oficialmente la identidad, cultura y economía de ese país.
(...) Baste como ejemplo (...) la nula difusión de las características culturales, la sustitución de algunas de estas por otras castellanas, el nulo apoyo a los dialectos leoneses, etc. Esta situación no sólo se dio a finales del franquismo sino que continúa".
El escritor Juan Pedro Aparicio, en su ensayo 'Nuestro desamor a España. Cuchillos cachicuernos contra puñales dorados.' aborda la cuestión y afirma:
"Nuestra historia, entendida como memoria colectiva, o, en locución de más actualidad, como memoria histórica, ha mostrado con suficiente evidencia a qué aberraciones [se] ha sido capaz de llegar, haciendo de lo malo bueno y de lo bueno malo.
3/X
(...) en cuanto miembros de una colectividad nacional, autonómica o lo que sea (...) la memoria siempre nos ha venido desde fuera de nosotros mismos, entregándosenos previa cuidadosa elaboración hecha por aquellos que, dominando el presente, reconstruían el pasado para así asegurarse el dominio del futuro."
Estos pocos párrafos ponen de manifiesto el calvario que atraviesan los leoneses y la propia Región Leonesa triprovincial en las últimas décadas, trayectoria que aún puede corregirse con voluntad política, espíritu democrático y constitucional.
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Miguel Ángel Diego Núñez es autor del libro 'Regionalismo y regionalistas del siglo XX (una antología)'.
Fuente: https://www.ileon.com/actualidad/104639/la-descaracterizacion-de-la-region-y-el-pueblo-leoneses