Ya son ocho años los que han pasado desde que pisé un aula por primera vez... y empecé a ser entrenador de velociraptors, escuchador de "cosas que pasan", aprendiz contrarreloj, dinamizador de conocimientos y, por encima de todo, PROFESOR. Algo más cansado y algo menos ingenuo, pero sigo sin verme en otro lugar que no sea en el que estoy ahora mismo.
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