Acabo de negarme a una lectura dramatizada de «La mala costumbre» en el Instituto Cervantes de Tel Aviv. He sentido una cosa rarísima cuando he leído la propuesta. Como formando parte inmediatamente de algo sórdido. Qué mal cuerpo tengo.

Esa sensación de que la vida en el estado de Israel no sólo sigue, sino que hacen fiestas, eventos culturales, se ponen guapos y guapas para ir, después quizá se toman una copa. Todo normal. Me ha dejado incómoda.
Tel Aviv está bastante cerca de Gaza.

Sign in to participate in the conversation
Qoto Mastodon

QOTO: Question Others to Teach Ourselves
An inclusive, Academic Freedom, instance
All cultures welcome.
Hate speech and harassment strictly forbidden.