El auténtico salto a la fama de Santa Claus tuvo lugar en la Navidad de 1930 cuando la empresa de la Coca-Cola le encargó un cartel para su campaña publicitaria a Nast y en la campaña navideña del año siguiente a un pintor de Chicago, Habdon Sundblom, a quien le encomendaron que remodelara el Santa Claus del dibujante. El artista de origen sueco, que tomó como primer modelo a un vendedor jubilado llamado Lou Prentice, hizo que perdiera su aspecto de gnomo y ganara en realismo.