Ayer vi un vídeo sobre los sacrificios humanos en el imperio azteca, y me acorde cuando visité el Museo Nacional de México.

Salí tan horrorizado que les dije a mis amigos progres que me acompañaban que si Cortez había terminado con eso, bien por él.

Obvio que me trataron de "racista" y me dijeron que quien era yo para juzgar "sus costumbres", "su cultura", y sasá.

Hablale de "cultura" al ñato al que le están arrancando vivo el corazón, pelotudo...

Lo de "racista" fue particularmente divertido, en boca de personas que solo puede ver nazis cuando son rubios y ojos celestes, pero si los carniceros son amerindios te salen con el relativismo cultural...

Lo que llamamos "consciencia" es la pulsión que tiene nuestra mente de sobreponer un relato en la sucesión de impresores y estados mentales por los que pasa nuestro cerebro.

Este relato ordena nuestras impresiones sensoriales y nuestras configuraciones mentales, "nos explica" lo que está pasando a nuestro alrededor y en nuestro interior, y motiva nuestras reacciones ante eso.

No necesariamente es un relato verbal, aunque con frecuencia nos guste ponerlo en esa forma. Es sólo la historia que nos narramos de lo que nos está pasando.

Lo interesante de ese relato es que existe a posteriori.

Nuestro cerebro percibe un conjunto de sensaciones externas e internas, las agrupa, las identifica, y reacciona, mucho más rápidamente de lo que es capaz de justificarlas con una historia.

Literalmente la mayor parte del tiempo hacemos las cosas sin saber por qué las estamos haciendo, y mientras tanto estamos inventándonos un cuento que luego será su justificación.

Y ojo, no se trata de algo banal, es muy importante.

El relato que sobreponemos en la sucesión de impresiones sensoriales, estados mentales, y acciones personales, contiene una explicación de la relaciones entre las diferentes componentes de nuestro universo mental.

Si bien esta historia no tiene consecuencias inmediatas en el presente, nos permite aprender como reaccionar ante situaciones futuras.

Es decir que no es verdad que afecte cómo estamos actuando, sino que le da forma al programa que dice cómo actuaremos. En algún sentido tal vez muy poco técnico, somos esa historia.

Ese cuento que nos contamos a nosotros mismos no es cualquier cosa.

Existen regiones de nuestro cerebro cuya función específica es validar que la historia tenga sentido, y que sea consistente con el conjunto de nuestras experiencias presentes y pasadas.

Cuando esas herramientas no están funcionando, como sucede por ejemplo cuando dormimos o cuando sufrimos un episodio psicótico, el relato se torna alucinatorio. Los ruidos del ambiente se transforman en voces, y las luces que atraviesan nuestro párpados en monstruos que salen del placard para comernos.

Incluso podemos a veces relajar voluntariamente las regiones críticas del cerebro. Eso hace un niño que busca animales en las nubes, un pintor surrealista que quiere ver elefantes debajo de la mesa, y un psicoanalista que insiste en ver frustraciones sexuales infantiles en un pobre tartamudo. Lo llamamos "imaginación".

Es decir que existe una realidad material en nuestro universo mental y externo, existen acciones que tomamos reaccionando ante esa realidad, existe una historia que nos contamos que ordena todo eso, y existen mecanismos mentales para chequear la validez de esa historia.

Una parte importante de dichos mecanismos mentales es ver que hacen los otros. Si interpretamos una sombra y unos movimientos de hierba como un tigre, pero nadie corre, entonces revisamos la interpretación porque tal vez no sea un tigre.

Y con esto llegamos a los sacrificios humanos.

Ponemos también un relato sobre las acciones sociales que responden a una realidad material. Solo que, como éstas trascienden nuestra propia experiencia mental y tienen que ver con cómo se comporta el grupo, los mecanismos de validación fallan.

Los aztecas se contaban a sí mismos una historia sobre los sacrificios humanos.

Obedecían, se decían ellos, a la intención de ayudar al Sol en su guerra interminable contra su hermana la Luna, que tenía que ganar cada noche para volver a amanecer al día siguiente.

Los antropólogos occidentales también se han contado una historia. Ellos dicen que era la religión de los aztecas, una creencia firme que no sabían criticar, la que los llevaba al cometer tales atrocidades.

Y sin embargo, a ambas aplicaciones les falta la base material que las motiva.

La ausencia de mecanismos de crítica y validación de nuestro relato a nivel social, y la tendencia de los mecanismos de validación personales a utilizar como un elemento de juicio lo que hacen los demás, nos ponen en una situación de psicosis o sueño compartido que nos hace ignorar la base material de las acciones sociales.

La expansión del imperio azteca se produjo sobre una región que sufría un proceso de disecamiento y desertificación creciente.

Muchas de las cosas que asociamos a la cocina mexicana, por ejemplo la abundancia de picantes y el consumo de insectos, se debe en parte a la ausencia de grandes herbívoros que pudieran proveer la cantidad de proteínas necesarias para el consumo humano.

Dado que estaban acompañados de canibalismo ritual, es probable que los sacrificios humanos se sostuvieran en un principio como una forma de proveer proteínas, en una región que estaba empezando a negarlas.

Más adelante con la aparición del Imperio, las élites de Tenochtitlan justificaban su expansionismo y su dominación sobre las tribus vecinas en la necesidad de conseguir víctimas para los sacrificios.

De nuevo había una realidad de material, que era la posición inestable de una élite en una región que estaba denegando recursos a sus habitantes. Esta élite tenía la necesidad de ordenar a su sociedad a su alrededor, y de mantener a las tribus vecinas sin hombres jóvenes que pudieran rebelarse.

La guerra del Sol y la Luna era sólo el relato que se contaban a sí mismos y a sus súbditos. Los antropólogos actuales, que insisten en que fue la religión la causa de esa psicosis, también se están contando un relato.

La misma idea se aplica al análisis histórico de los procesos que tuvieron lugar en Occidente.

Por alguna razón, al mundo progreta liberal le resulta más fácil aceptar que no fue la religión sino el poder lo que guió buena parte de la historia de la Iglesia Católica.

Es decir, allí ven las condiciones materiales que están escondidas detrás del relato.

Y sin embargo, muchos de los mismos analistas fallan en entender que no es la civilización ni la democracia de las que guían nuestra organización social, sino de nuevo el control de los recursos materiales.

No fue el progreso tecnológico lo que nos sacó del nomadismo y nos llevó a dedicarnos a la agricultura, sino el hecho sencillo de que nos comimos a todos los animales grandes y hubo que inventar algo nuevo para sobrevivir.

No fueron más primitivos los pueblos que no se volvieron agricultores, sino que simplemente dispusieron de más recursos.

Tampoco la fueron aquellos que incurrieron en barbaries como los sacrificios rituales, sino que simplemente respondían a la necesidad material.

En un mundo donde la necesidad material de energía nos está llevando a la tercera guerra mundial, y donde el cambio climático imparable nos va a hundir en la desertificación y el hambre, vendría bien ser un poco más críticos con el relato que construimos sobre nuestras acciones sociales...

...antes de que empecemos a sacrificar niños diciéndonos que lo hacemos en atención de algún bien superior.

Fin del hilo

PS: algún estúpido me reportó todo el hilo. No dice por qué, pero es de suponer que fue por las imágenes.

Es todo un signo de los tiempos que me reporten el hilo sobre sacrificios aztecas por las imágenes sangrientas.

Primero que nada, se trata de arte. No son fotos que intenten potenciar el morbo, sino que son dibujos y pinturas, algunos hechos por los mismos mexicas.

Segundo, en un mundo donde todos se sienten compelidos a describir su intimidad genital y mental junto con el buen día, resulte intolerable que alguien postee el dibujo y la descripción de una barbarie. Tenemos pudor y sensibilidad o no los tenemos. No se puede a medias.

Tercero, las imágenes no tienen relación con el valor del hilo. Es interesante que nadie discute el contenido, lo máximo que obtuve son tres o cuatro respuestas al primer toot que decían que Cortez igual era malo. Se notaba a la legua que no habían leído el hilo, una generación entera que no lee textos largos.

Finalmente, la humanidad es eso. Lo que los aztecas hacían en sus pirámides en el siglo XV lo hacen EEUU y China en sus cárceles todos los días. Que no veamos dibujos artísticos ni análisis sociológicos sobre la inyección letal no quiere decir que no sea una barbarie que mató a miles de personas durante el pasado año. Si no nos avenimos a pensar en eso, si nos horrorizamos y miramos para otro lado, habilitamos que siga existiendo.

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@SeverianX
algún estúpido no es la definición adecuada 🤔
algún estúpidounineuronal estupidite Neardentalis
que se coma un ñu desde el cuerno
SeverianX que sepas que yo y pienso que en masto apreciamos tus hilos 🌺
que se larguen a tuitemoñas 😡😡😡😡

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