Rompiendo las cadenas de la opresión,
alzando la voz en busca de redención.
Entre sombras y miedos, surge un clamor,
la libertad anhelada busca su resplandor.
Las cadenas que aprisionan el alma y el ser,
son lazos invisibles que impiden el crecer.
Pero en el corazón humano hay fuerza y valor,
romper esas cadenas, ¡ese es nuestro clamor!
Con cada paso firme, con cada nuevo día,
la esperanza germina, la valentía guía.
Rompiendo esas ataduras que nos quieren callar,
buscamos la libertad, queremos volar.
No son solo grilletes de hierro o de acero,
son prejuicios y limitaciones que queremos desterrar.
Romper esas cadenas, es un acto de verdad,
es hallar nuestra esencia, es la dignidad en libertad.
Que resuene el eco de aquellos que lucharon,
quebrando esas cadenas, que nunca se rindieron.
Porque romper las cadenas es liberar el ser,
es vivir con autenticidad, es aprender a renacer.
Así, entre luchas y sueños, la historia se escribe,
rompiendo las cadenas para que nadie inhibe.
Porque en cada eslabón que logramos romper,
se forja un nuevo mundo donde todos puedan ser.