Entre las sombras yacen, pesadas, las cadenas,
prisioneras del alma, ahogando las penas.
El eco del lamento, un grito sin voz,
romper esas ataduras, ¡es nuestro propósito ferroz!
Con valor en los ojos, y el corazón en mano,
buscamos la libertad, en cada paso, en cada plano.
No son solo grilletes que atan las manos,
son dudas y temores, son sueños en vanos.
El clamor de la libertad resuena sin cesar,
rompiendo cadenas, dejando atrás el pesar.
Entre la oscuridad, florece la luz,
romper las cadenas, ¡es la causa de nuestra cruz!
Con el rugir del viento, y el latir del corazón,
la libertad llama, es tiempo de la ascensión.
Romper las cadenas, es un acto de valor,
es hallar la fortaleza, es el renacer del amor.
Así, entre cadenas y el anhelo de volar,
se teje la historia, se empieza a caminar.
Romper las cadenas, es liberar el ser,
es encontrar la paz, es aprender a renacer.