Vida abajo
Cambiar la dirección del engranaje,
desandar el camino cubierto de maleza
y enfilar vida abajo. Dar un giro al guion
para eludir la zanja adonde todos vamos
y regresar de nuevo al solar de la infancia.
Existe.
Porque sin yo buscarla juro que la encontré:
la inocencia hecha carne en la mirada limpia
de una niña sin nombre, sin pasado,
en su gesto de nácar ofrecido
sin rastro de impostura.
Existe y tiene un precio.
Abdicar del disfraz que me adultera,
expatriarme al origen de mi idioma,
recuperar la sencillez del junco.