«La pandemia no es una guerra, pero es la consecuencia de una que el capitalismo neoliberal ha desencadenado contra la salud, el ambiente y el sistema sanitario público. El virus no es un enemigo, es un agente de mutación. Puede funcionar muy mal o bastante bien si somos capaces de salir de las condiciones sociales que han producido esta catástrofe. Es decir, solo una transformación igualitaria y frugal puede salvarnos de una fase horrible de agonía y, en definitiva, de la extinción».