El Corazón Hipotecado

Los muertos exigen una visión doble. Una parcela de más
a repartir cumpliendo un acuerdo espectral. Pues los muertos
tienen derechos sobre los sentidos de su amante, sobre el corazón hipotecado.

Mira dos veces el huerto que florece bajo la lluvia gris
Y los cielos rosas y fríos que traen una doble sorpresa.
Soporta cada requerimiento una y otra vez;
la experiencia multiplicada por dos - la deuda reconocida.
Ordena al espíritu tembloroso, al nervio inmediato
que sirva bien al amo esquizofrénico,
si no el amor ciego vagará extraviado
igual que un émulo sin hogar.

Sabida es la hipoteca contraída con los muertos.
Prepara pues, la preciada corona, la guirnalda de la puerta.
Aunque, de las recónditas cenizas, del hueso humilde
¿Saben algo los muertos?

CARSON MCCULLERS

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El hombre que lo había encontrado cuatro días atrás lo halló pobremente vestido, con ropa que le quedaba grande, delirando y perdido en las calles de Baltimore. No se sabe certeramente como Edgar Allan #Poe llegó allí, y en ese estado, mientras iba camino a Nueva York desde Virginia. Lo cierto, es que el escritor tuvo que ser internado, de urgencia, en el Hospital de la Universidad Washington. Allí, moribundo, pasó los últimos momentos de su vida sin poder explicar coherentemente que le había sucedido. Justo él, que exploró el corazón de las tinieblas como nadie, encontraba su final después de un periplo oscuro, desconocido y alocado. Parecía vivir (sufrir) una más de las numerosas historias que describió y que aún hoy perduran. Hasta algunos de sus últimos balbuceos, poco antes de morir a las 5 am del 7 de octubre de 1849, parecen sacados de uno de sus macabros relatos “Quiero saber si hay esperanza para un miserable como yo más allá de esta vida” habría dicho.
#EfemeridesRock

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