Considero un criterio más certero sobre qué tanto alguien o una organización tiene el sistema introyectado cómo tratan a las trabajadoras sexuales, que a las personas trans sin más distinción.
La intersección personas trans y trabajadoras sexuales, es muy grande, así que une podría creer que es un absurdo querer tratar bien a las personas trans mientras se es anti trabajadoras sexuales o viceversa pero pasa mucho. Es para muchos más fácil respetar a una persona trans si es académica que trabajadora sexual.Para algunos es imposible respetar a una persona trabajadora sexual sin importar el género, y otros sólo respetan a las trabajadoras sexuales si son buenas víctimas, aquellas cuyo rescate reditúa en capital social.
He visto que es más común que las personas pro trabajadoras sexuales pero transexcluyentes se den cuenta de sus errores, y los enmienden que aquellas anti trabajadoras sexuales pero transincluyentes.
Y creo que esas últimas, por muy aliadas que sean, son un peligro para las personas trans, pues nos jerarquizan, y eso reproduce dinámicas que matan a les más vulnerables.