Anoche tuvimos cena de plancha y hoy estoy todavía digiriendo ese lomito de cerdo con chimichurri y pan de pueblo, por no hablar de la morcilla, el criollo, las chistorras, las salsas de dipear y, como colofón, una tarta de queso hecha por mi señora que... ¡ÑAM!
Estoy seguro de que lo que me sentó mal fue ese vasito de agua que me bebí antes de empezar.
Si como un poco más me tienen que llevar de la casa de mis padres a la mía como un barril de Cruzcampo: rodando por la calle.