En términos energéticos es más difícil enviar una nave a Mercurio que a Júpiter. Primero porque hay que perder una cantidad de velocidad angular acojonante para alcanzar su órbita y segundo porque luego hay que volver a perder una cantidad de velocidad acojonante para permanecer en órbita. Y Mercurio es tan pequeño que no ayuda casi nada.