Hace ya tiempo que en casa nos pasamos a un servicio de entrega a domicilio de agua embotellada, de esos que te ponen una maquinita que la sirve fría. Y oye, que todo son ventajas: siempre tienes agua fría o caliente para las infusiones, no tienes que andar acarreando agua y además, los envases son retornables y reutilizables, con lo que no generamos residuos plásticos.
¿Que lo deseable sería beber agua del grifo? Pues sí, pero aquí el agua del grifo sabe como si una cabra se hubiera muerto en la tubería, y tiene cal como para provocarte una cantera en los riñones.