Siempre me ha llamado la atención este tipo de declaraciones, que aparecen periódicamente en boca de los altos dirigentes franceses, incluso el propio Emmanuel Macron.
Es de las pocas reminiscencias que todavía quedan de aquella independencia estratégica que pregonada el gaullismo y que, en el caso de la defensa, finiquitó Nicolas Sarkozy devolviendo a Francia al mando integrado de la OTAN en 2009.