Todo indica que, como viene pasando últimamente por todas partes, la historia va de gente que siente que el progresivo fin de la discriminación de otros significa una pérdida de privilegios por su parte, y no tienen interés de que eso ocurra.
Lo cual es triste, porque en esta sociedad el porcentaje de los que no han sido víctimas de algún tipo de discriminación es realmente ínfimo.
Incluso los hombres blancos cis heteros son víctimas de discriminación: por clase social, indirectamente por la discriminación de familiares, por gordos, por feos, por calvos, por viejos, por enfermedad...
Tarde o temprano, todos somos víctimas de alguna mierda de estas.
Sólo ser muy rico puede evitarlo (y probablemente menos de lo que pueda parecer)
Por eso, oponerse a la igualdad es no sólo inmoral, sino estúpido.
Que cada uno tenga lo que merece. Sin más.