Te diría que es un monumental despilfarro de dinero y una aberración medioambiental, pero vista la obsesión que tienen ahora varias empresas con lanzar miles y miles de satélites todos iguales que no aguantan ni dos años sin caerse (y si no se caen, peor), pues me voy a morder la lengua.
Qué más da que arda el granero si se está quemando la casa.