Hoy me he acordado de Elizabeth Holmes, que sigue todavía en la cárcel por hacer lo mismo que Elon Musk, Sam Altman & co: vender un hype, con todo el sistema científico contestando que eso es imposible, y conseguir inversiones gigantescas para tener medios megalómanos hasta dar con algo remotamente parecido, defectuoso pero manteniendo la promesa de que lo bueno llegará pronto. Parece que para estafar desde Silicon Valley y salir airosa le faltó tener más amigos adecuados.

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@teclista

Vender humo no es ilegal.

Vender una máquina que por contrato dices que hace algo y que no lo hace, y que encima afecta a algo tan sensible como la sanidad, es una estafa.

El momento en el que cruzó la línea fue cuando no pudo cumplir los plazos y, en vez de reconocerlo e ir a la quiebra, decidió dar gato por liebre, a ver si ocurría un milagro. Porque lograr en meses hacer el 99% del trabajo cuando has tardado años en hacer el 1% lo sería.

El remate fue que la estafada fue una las principales empresas de EE.UU.

Si hubiera tenido más amigos con pasta, quizá hubiera logrado más inversores y hubiera podido reconocer el retraso y capear el temporal.Pero para entonces estaba tan vendida que la única forma honesta de que alguien invirtiera en aquello hubiera como donativo.

Y nadie se hace rico regalando miles de millones a sus amigos.

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