No hagáis ruido con los platos y tazas en restaurantes que sufren los perros como con los cohetes. No lo hagáis por mi, hacerlo por los animales que no tienen culpa.
Como me gustaría que en los sitios se cuidase más el tema sonoro. Algunos sitios sales de allí con dolor de cabeza y no porque pongan música.
Básicamente porque no han pensado en la acústica leñes.
Y mejor no hablar de cuando el ruido llega a tu casa. Y no para hasta las tantas de la madrugada.
Hay una burrada de hosteleros que deberían estar en la cárcel desde hace mucho.
Pero se ve que si no apareces en el médico con la salud destrozada, denuncias, te dejas una pasta que no tienes en abogados (si la tuvieras, te hubieras mudado, claro); esperas años, etc., aquí no pasa nada.