"Las leches de fórmula, como muchos otros productos de consumo, utilizan la ciencia para venderse. Algunas de las atribuciones más frecuentes son que benefician el desarrollo del cerebro o del sistema inmunológico del bebé o que favorecen su crecimiento. Sin embargo, según un artículo publicado hoy en la revista BMJ, la mayor parte de esas virtudes saludables que aparecen en los paquetes o en los anuncios de los sustitutos de leche materna tienen escasa o ninguna evidencia científica."