'Al doctorando andaluz, que también prefiere usar un nombre ficticio, a duras penas le da para ayudar en casa y ahorrar con los 1.000 euros que está ganando en su segundo año de programa. “No contemplan la conciliación familiar. Solo se acepta una pausa por causas como el embarazo o ser víctima de terrorismo”, indica. “Cobraba más de camarero, y tenía menos ansiedad”, asegura.'