Si hay veto, hay marcha.
La ultraderecha apunta contra la ciencia, la salud y la educación superior en todo el mundo.
Nos quieren enfermos, para que nos muramos a los 60 años y no saturemos los sistemas de pensiones a causa de nuestra longevidad.
Nos quien ignorantes, para que no exijamos responsables ante la cada día más visible catástrofe climática.
En otros países podrían lograrlo, pero en Argentina tenemos ese leviatán dormido que es la Universidad Nacional, que la mayor parte del tiempo se mira el ombligo, pero que cuando se despierta hace temblar la Tierra.
Es tiempo.