Los perros no son descendientes de los lobos grises, en el mismo sentido en que los hombres no descienden de los simios. La afirmación conecta es que los lobos y los perros tienen un antepasado común.
En el caso de los perros, esta divergencia parece haberse producido dos veces: primero en Siberia hace unos 33000 años, y algo más recientemente en medio oriente. En ambos eventos, un grupo de lobos se asoció con los humanos y comenzó a evolucionar hacia lo que hoy llamaos perros. Esos dos linajes poblaron Asia, Europa y América, y se mezclaron entre sí dando origen al perro moderno.
Había una línea genética distintiva de perros americanos, pero despareció con la colonización europea. Muy poco porcentaje e su genoma ha sobrevivido, y sólo en algunas razas antiguas. Por ejemplo hay un 4% de genes aborígenes en los chihuahuas.
Lo que ha quedado de los perros americanos es una enfermedad tan espantosa como extraña: un tumor venéreo trasmisible: un perro americano hace 2000 años contrajo un cáncer en su pene, que resultó capaz de trasmitirse sexualmente. Una nueva especie infecciosa ¡con genes de perro!
Los perros se parecen más a simbiontes que a una especie domesticada, y su asociación con los seres humanos los ha cambiado a ellos, pero también a nosotros.
Fuente: Anton Petrov