Lo que iba a ser la "era de la información" se ha acabado convirtiendo, por obra y gracia de las redes sociales y la prensa de todo a cien en la "era de la desinformación". Combinado esto con una falta total de formación en el análisis crítico dentro de los centros educativos, tenemos el cóctel perfecto para una sociedad cuyos ciudadanos no saben dónde van porque ni siquiera saben dónde están.
Ahora, imaginad cómo debía ser la Edad Media, cuando casi nadie sabía leer ni escribir, y todo se sabía por el comadreo, la superstición y lo que dijera el cura (tan ignorante como los demás, pero en latín).
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