En la Edad Media los ingleses tenían que importar vitaminas desde sus posesiones en Francia principalmente en forma de vino, ya que el cultivo de vegetales siempre ha sido deficiente en las islas debido a su clima. La pérdida de aquellas posesiones dio lugar a la Guerra de los Cien Años. O sea, que guerrearon durante más de un siglo con tal de no perder la capacidad de importar vitaminas (principalmente, además de otras cosas) esenciales para su dieta.

Hoy, la mayoría de los establecimientos de alimentación del Reino Unido amanece con sus anaqueles vacíos, y lo más sorprendente de todo: esto ocurre por la voluntad soberana de los británicos, que han elegido la autarquía como forma de vida. Se les ha olvidado que durante siglos tuvieron que convertirse en un imperio naval para superar la carestía que les supone vivir en las Islas Británicas.