La policía investiga si el autor del apuñalamiento en Berlín padece alguna enfermedad mental.
Como si el fanatismo religioso no fuera de por sí un síntoma (o una consecuencia, quién sabe) inequívoco de una grave enfermedad mental.
ÚLTIMA HORA
El presidente 'cripto-fascista' argentino Javier Milei imputado por estafa, tráfico de influencias y negociación incompatible con cargo público.
Tarde o temprano tenía que suceder. El 30 de junio de 1908 Moscú escapó a la destrucción por tres horas y cuatro mil kilómetros, un margen sustancialmente pequeño para las normas del universo. El 12 de febrero de 1947 otra ciudad rusa se salvó por un margen aún más estrecho, cuando el segundo gran meteorito del siglo XX estalló a menos de cuatrocientos kilómetros de Vladivostok y provocó una explosión que rivalizaba en potencia con la bomba de uranio recientemente inventada.
En aquellos días nada había que los hombres pudieran hacer para protegerse de las últimas descargas al azar del bombardeo cósmico que alguna vez había marcado la cara de la Luna. Los meteoritos de 1908 y 1947 se abatieron sobre regiones desiertas; pero hacia finales del siglo xxi no quedaba región alguna en la Tierra que pudiera ser utilizada sin peligro para la práctica celeste de tiro al blanco. La raza humana se había extendido de polo a polo. Y así, inevitablemente…
A las 9.46 (meridiano de Greenwich) de la mañana del 11 de septiembre, en el verano excepcionalmente hermoso del año 2077, la mayor parte de los habitantes de Europa vieron aparecer en el cielo oriental una deslumbrante bola ígnea. En cuestión de segundos se tornó más brillante que el Sol y al desplazarse en el cielo —al principio en completo silencio— iba dejando detrás una ondulante columna de polvo y humo.
En algún punto sobre Austria comenzó a desintegrarse produciendo una serie de explosiones, tan violentas que más de un millón de personas quedaron con los oídos dañados para siempre. Estas fueron las afortunadas.
A una velocidad de cincuenta kilómetros por segundo, miles de toneladas de roca y metal cayeron sobre las llanuras del norte de Italia y en cuestión de segundos destruyeron con una llamarada la labor de siglos. Las ciudades de Padua y Verona fueron barridas de la faz de la tierra; y los últimos esplendores de Venecia se hundieron para siempre en el mar cuando las aguas del Adriático avanzaron atronadoras hacia tierra después de aquel golpe fulminante venido del espacio.
Seiscientas mil personas murieron, y el daño material se calculó en más de un billón de dólares. Pero la pérdida que significó para el arte, la historia, la ciencia —para el género humano, en general, por el resto de los tiempos— iba más allá de todo cálculo. Era como si en un solo día hubiese estallado y se hubiese perdido una gran guerra, y muy pocos pudieron disfrutar de lo que el mundo entero presenció durante meses, mientras el polvo de la destrucción se depositaba: los más espléndidos amaneceres y ocasos que se recordaban desde el Krakatoa.
Arthur C. Clarke.
Cita con Rama
@LaCuriosidadDelGato @oscoder Mírame: muerto de la pena que estoy.
@joseli No sé para qué lo hacen los demás. Personalmente, yo si escribo algo es para mí mismo. Algunas veces para poder releer lo que he escrito hace tiempo y ver si sigo pensando lo mismo, he cambiado de opinión o puedo reírme de mí mismo por escribir algunas tonterías.
Con decirte que tengo una sección completa de la wiki cerrada al público...
Vaya. ¿Quién iba a pensar que darse de hostias en la cabeza podría ser malo para la salud?
https://www.20minutos.es/deportes/noticia/5680656/0/muere-boxeador-john-cooney-los-28-anos-por-las-lesiones-sufridas-durante-su-combate-por-titulo-celta-ante-nathan-howells/
Movistar/O2 deja a sus clientes sin acceso a webs alojadas en Cloudflare al bloquear toscamente el fútbol pirata
https://bandaancha.eu/articulos/movistar-o2-deja-clientes-sin-acceso-11239
@SolamenteItan
@frankie Si las dejas botando...
Reseña de «Todos eran valientes» en mi wiki.
Porque no siempre el cine bélico va a ser sobre americanos avasallando a la gente con el aplauso del mundo.
«Yo preferiría, con mucho, ser feliz a tener razón».
Douglas Adams
Se sobreentiende en todos mis escritos el animus iocandi, por lo que pueda pasar.
Sevilla tiene un calor especial...
Cuenta de respaldo.
Cuenta principal cuando hay furbo en España.