A ver, no exageremos.
Cualquier trilogía es más larga.
Harry Potter es muucho más largo.
Y mejor ni hablemos de James Bond.
Lo que sí es que es un dramón de cuidado con protas bastante odiosos. Y una oda a los estados del sur con ribetes de apología del esclavismo.
Mejor te dejas llevar, porque como saques el hacha, no queda una escena entera.