De entre los tantos retos que tiene la izquierda, en este momento hay uno vital y que va a exigir sacrificios: o tomar medidas valientes y radicales para fortalecer el Estado de bienestar y que la gente que ahora mismo se siente abandonada y traicionada vea mejorar su vida, o entregarnos a décadas de caos neoliberal.
Lo peor es que me pega que la mayoría de la gente está culpando a todos los implicados por igual.
Y si tachas de la lista a todos los que están o han estado en las últimas legislaturas en alguno de los dos gobiernos, la lista de opciones se hace extremadamente corta.
Hay dos escenarios:
- Que la mayoría culpe al contrario y sigan votando igual.
- Que busquen otras opciones y acaben votando a alvises o peor.
La primera, a menos que surja una válvula de escape, nos lleva a acabar a hostias unos con otros.
La segunda, prefiero ni pensarlo.
Necesitamos gente que nos dé esperanza y en la que podamos creer. Y no la tenemos.
Cuando la crisis, la válvula fue el 15M. Pero sospecho que esta vez eso no va a ser suficiente.
El gobierno tiene que tomar medidas realmente radicales con el tema de la vivienda pero ya. Si no van 100 veces más allá de lo que propone Podemos, no va a llegar.
En Valencia con la vivienda ya estaban al límite. Imaginaos ahora. A toda esa gente que se ha quedado sin casa no le puedes decir que se busque un alquiler.
