La verdad es que a gente que suelta tanto veneno cuando habla de sus rivales políticos habría que inhabilitarla de por vida sólo por eso.
Y sí, eso también va por más de cuatro en la izquierda.
Lo de los 169 millones, pues mira, los madrileños sabrán a quien votan.
Al paso que va esto, las empresas van a acabar tratando los títulos de las universidades madrileñas como si fueran diplomas acreditativos de la Academia Loli. Los de las privadas por ser una tomadura de pelo y los de las públicas porque ya no quedarán ni las sillas.