Menudo nivel de tontería.
Incluso aunque fuera verdad que no era ilegal, hay que ser bobo para ir a una manifa en la que te dedicas a insultar a tus compañeros (¡y a ti mismo!), y luego intentar darles pena diciendo que eres compañero.
Lo que vas a conseguir es que piensen que eres imbécil. Y con razón.