En EE.UU., Harvard le planta cara a Trump, a pesar de que eso supone perder un tercio de sus ingresos.
En España, las universidades privadas se dedican a regalarle títulos a los políticos.
Y luego dirán de la falta de prestigio de las universidades españolas es porque hay que privatizarlas y sacarle hasta el último céntimo a las familias, y bla, bla, bla.
Señores, el prestigio se consigue esforzándose en mejorar la educación y la investigación, no lamiéndole el culo al poder.