El problema de ego de esta gente es realmente descomunal.
Con lo fácil de vender que hubiera sido la historia de un grupito de inocentes monjitas rebelándose contra el malvado obismo machista opresor.
Pero tuvieron que ser más papistas que el Papa, hasta el punto de no valerles ni el Papa, y creerse genios de los negocios.
No sé qué será de ellas, pero creo que todos nos olíamos que iban a acabar mal.