@fanta Efectivamente es una opinión impopular. Supongo que hay quien lo entiende y hay quien no.

No querer tener hijos es una opción respetable, pero también lo es creer que tienes cosas que ofrecer a una futura generación y que tienes derecho a ofrecerlas. Tener un hijo es un acto de esperanza (al fin y al cabo, nadie tendría hijos si creyera que van a vivir peor que uno mismo) y de generosidad, porque uno, por un hijo, lo da todo.

Te pongo un ejemplo muy tonto: mi primo consiguió comprarse una casa (pequeña, barata, pero suya) y se montó una habitación con una mesa de trabajo, porque le gusta mucho la electrónica y trastear con todo tipo de cosas. Al poco tiempo su mujer se quedó embarazada y él, sin dudarlo un momento, vació el cuarto, repintó las paredes y convirtió su estudio en el dormitorio de su futura hija.

No es que sea una meta vital. Es simplemente saber que tu vida no te pertenece, que no puedes un día enfadarte y mandar a tu jefe a tomar por el culo, o dejarlo todo para dedicarte a tu sueño de viajar por el mundo. Hay algo muy hermoso en esa renuncia, en ese saber que tú no eres nadie y tu hijo lo es todo; que, literalmente, vives para otra persona.

Por supuesto, hay gente que tiene hijos y no siente eso, y gente, como yo, que no los tiene y sí lo siente. No es ningún mérito ni nada de lo que estar orgulloso. Yo siempre me he sentido así y no creo ser mejor que nadie, pero cuando veo a mis padres o a mis abuelos siento un agradecimiento muy profundo.