A lo mejor es porque soy más viejo que el mear, pero una cosa que me llama la atención de los jóvenes es su adanismo, esa idea de que todo se les ha ocurrido a ellos y los demás estábamos aquí de adorno. Sinceramente, yo no recuerdo haber sido así nunca, pero también es cierto que crecí con muchas referencias del pasado, tanto culturales como históricas, que ellos no parecen conocer.
Eso me recuerda a algo que me ocurrió hace unos diez años: tenía un compañero de trabajo más joven y un buen día le puse una canción de Nirvana. El chaval flipó, y yo flipé al descubrir que jamás había oído hablar de ellos. A la semana siguiente se había comprado dos camisetas.