Por supuesto, esta habilidad de "retorcer" modelos de actuación para adaptarlos a nuevas situaciones se puede aprender y es la base de la formación en creatividad. La creatividad es memoria y conocimiento pero no toda la memoria ni todo conocimiento deviene en creatividad. Así que, cuando nuestro alumnado nos pregunte: "profe ¿esto para qué sirve?" no hay de desdeñar la respuesta. Debe enseñarse como poner en acción el conocimiento, sin duda. Pero deberíamos devolver la pregunta al alumnado aunque sea de modo implícito. "¿para qué crees que puedes usar esto que estás aprendiendo?". Ser competente es ese encaje inestable entre saber lo que necesitas y aprovechar lo que sabes.
Entre otras implicaciones de aula, esto supone aceptar respuestas correctas alcanzadas por métodos que no esperamos, incluso que no queremos. Es más, supone enseñar a alcanzar respuestas por más de una vía posible analizando ventajas e inconvenientes. La gran noticia es que ese modo de conectar conocimientos redunda en una mayor capacidad de recordar, comprender y asimilar nuevo conocimiento. Lo explica genial
Héctor Ruíz Martín en sus libros y charlas. #becompetentmyfriend