No soy yo muy de fiestas gringas, pero mi puerta está disfrazada de casa del terror, y hay caramelos para todos los niños que llamen.
Nuestros niños ya llevan pasado bastante en estos dos últimos años como para que ahora encima nos pongamos rancios y les pidamos que se dediquen a blanquear sepulcros.
@josemanuel Me da igual de dónde venga la fiesta. Después de estos dos últimos años prefiero a un crío disfrazado de zombi que tener que rememorar la mierda por la que acabamos de pasar.