Cuando hablamos de competencias solemos referirnos a la activación de conocimientos, habilidades y actitudes para la consecución de un objetivo (resolución de un problema, logro de un reto, desempeño de una tarea...). Mucha gente tiene vastos conocimientos conceptuales, o una gran habilidad o una actitud estupenda hacia la tarea, pero ser competente no es ninguna de esas cuestiones por separado sino su conjugación efectiva para resolver situaciones. A mi me gusta decir que una persona competente es aquella que puede afrontar una tarea adecuadamente con los recursos de que dispone o los que es capaz de movilizar. Y las implicaciones de esto en el trabajo educativo son muy importantes.
Entre otras implicaciones de aula, esto supone aceptar respuestas correctas alcanzadas por métodos que no esperamos, incluso que no queremos. Es más, supone enseñar a alcanzar respuestas por más de una vía posible analizando ventajas e inconvenientes. La gran noticia es que ese modo de conectar conocimientos redunda en una mayor capacidad de recordar, comprender y asimilar nuevo conocimiento. Lo explica genial
Héctor Ruíz Martín en sus libros y charlas. #becompetentmyfriend