Compré Malismo, de @tyrexito, en la Feria del Libro y ayer acabé de leerlo. A decir verdad, me ha decepcionado un poco. Lo más importante (¿por qué triunfa el malismo y qué debemos hacer para combatirlo?) lo despacha en el último párrafo con un “no sé”. El libro en sí es una colección de anécdotas.
También me parece que le falta conocimiento de algunos temas que trata, especialmente los que tienen que ver con cultura de Internet, y que ahí reproduce la opinión mayoritaria sin investigar más a fondo.
En lo positivo, decir que me he reído mucho leyéndolo, he aprendido un montón de cosas que desconocía y no considero que haya tirado a la basura el dinero que me costó, pero me habría gustado que, aparte de inventar el término, le hubiese sacado algo de jugo.
I was thinking about regular online meetup around programming and computer science.
Is anybody interested?
#boost, please.
Me da por culo que no haya una forma fácil de escuchar RNE en el reproductor que cada uno elija. Es una radio pública, ni siquiera tiene (en la teoría, claro) publicidad. No hay ninguna razón que les impida poner en su web los enlaces directos a sus emisiones, pero sí muchas que les obligarían si tuvieran un mínimo de decencia. Es una vergüenza.
Hoy he vuelto a la Feria. Dudo que nadie leyera lo que escribí el otro día, pero quienes atendían las casetas han estado mucho más amables en general, conmigo y con los demás. Especial mención merece la chica de Libros del Zorro Rojo, simpatiquísima.
Pero, como el niño del chiste, yo sólo vengo aquí a quejarme, y debo hacerlo de la mujer de la caseta de los países nórdicos, a quien he comprado una edición de El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia después de preguntarle y confirmar que era una edición completa y no abreviada (porque era un libro ilustrado y me lo olía. Además, en la Feria del Libro Antiguo hace un par de semanas vi otra edición y me pareció bastante más largo). Pues bien, para sorpresa de nadie a estas alturas del párrafo, la contraportada dice, y cito: “Texto abreviado de Selma Lagerloff”.
Como mañana tengo que volver por otro tema más agradable, me pasaré por allí a decirle que lo más odio en el mundo es que me mientan. Mira que era sencillo contestar simplemente: “Pues no lo sé”, que es lo que me dijeron en otra caseta dos chicas cuando les pregunté si el libro de Kawabata que quería comprar era traducción directa del japonés. Lo compré igual, pero al menos sabiendo que podía equivocarme y que sería culpa mía. Además, al menos ellas se pusieron a buscar en los créditos del libro por si encontraban la información. (Ya había mirado yo, pero agradecí mucho el gesto.)
He comprado también una edición de Viaje al Oeste en Siruela. Ahí me doblaron la apuesta: traducción directa y edición completa. Aún no lo he abierto, pero el libro es muy gordo y uno de los traductores se apellida Hwang, o algo parecido, así que creo que no tendré que quemar el Paseo de Coches este año.
Pues hoy he ido a la Feria del Libro y tengo tres cosas que decir: la primera es que me he topado con la reina. Poniendo la oreja, me he enterado de algo que, ahora que lo pienso, era obvio: la reina no se recorre la feria entera, sino que entra por un extremo, hace un recorrido más o menos corto y se vuelve a ir. Si alguna vez os habéis encontrado con ella, entenderéis por qué lo hace, y es que, entre cámaras, seguridad y mirones, su visita resulta muy disruptiva para los demás.
La segunda es que los de las ONG son unos pesados. Me han parado la chica de Amnistía Internacional y otro de Aldeas Infantiles. A la primera le conté por qué me di de baja hace años (versión corta: porque son sistema) y al otro que quería irme a mi casa a comer, que iba cargado de bolsas, que hacía un calor del demonio y que no estaba de humor para que nadie me contase su vida. Los cabrones se saben todas las técnicas de venta, por cierto, pero el tema del consentimiento lo tienen un poco verde todavía: lo del “no es no” no parece ir con ellos.
Finalmente, la tercera es que los que atienden las casetas son muy malos. El año pasado eran más simpáticos. Dos ejemplos: en la caseta de Renacimiento, ha llegado un niño y ha pedido un marcapáginas. El subnormal del tendero le dice que no tienen. El niño se va, triste. Yo estoy comprando. Cuando por fin encuentra los precios (por Internet), me da mis libros y un marcapáginas. Hijo de puta.
Otra, en la caseta de Capitán Swing. Un compañero le pregunta: “¿Me recomiendas algo?” Y ella, con una desgana enorme: “Yo qué sé. Mire por ahí.” Y después de unos segundos, como si le echara en cara que todavía siguiera allí: “¿Qué quiere leer?” El hombre se fue sin ni siquiera echar un vistazo, como es lógico. “Nada”, dijo.
En general, los tenderos de la feria son muy malos. La mayoría ni siquiera te presta atención cuando pides un libro o cuando los llamas para que te cobren. Otro clásico es el que no sabe usar el datáfono y te tiene ahí parado, al sol, mientras aprende. Pero la mala educación parece una cosa nueva de este año. Yo, al menos, no la había visto nunca.
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A lo mejor es porque soy más viejo que el mear, pero una cosa que me llama la atención de los jóvenes es su adanismo, esa idea de que todo se les ha ocurrido a ellos y los demás estábamos aquí de adorno. Sinceramente, yo no recuerdo haber sido así nunca, pero también es cierto que crecí con muchas referencias del pasado, tanto culturales como históricas, que ellos no parecen conocer.
Eso me recuerda a algo que me ocurrió hace unos diez años: tenía un compañero de trabajo más joven y un buen día le puse una canción de Nirvana. El chaval flipó, y yo flipé al descubrir que jamás había oído hablar de ellos. A la semana siguiente se había comprado dos camisetas.
Folks remembering #AaronSwartz today - remember that he was moving publicly-funded research out from behind a paywall.
Then remember the only reason the case went forward is because federal prosecutors, specifically Carmen Ortiz and Stephen Heymann, wanted to make an example of him.
“Theft is theft, and it doesn’t matter if you use a crowbar or a computer” were Heymann’s words at the time.
Notice how federal prosecutors aren’t bullying Sam Altman for the wholesale theft of content network-wide, to build a machine that spews bullshit and further destroys our ability to determine the truth?
It’s because he’s doing it for private profit, while Aaron worked for the public good.
Never let yourself be tricked into believing the legal system is a justice system.
I've been having trouble with qoto lately, so I've created an alt at @josemanuel@social.sdfeu.org. I don't plan on closing this one, but I will probably start using the other one more. You don't have to follow me there if you don't want to. This is more like a PSI.
I repost this awesomeness because I'm ten years old, mentally-wise.
Los singles de nuestro próximo LP en una sola lista.
https://open.spotify.com/playlist/5CS4cAZBHczMg6APKl57qa?si=nXLZLCcOQzKjC-16TfP40g&pi=3LTjxQjjSvi42
¡Seguimos reclutando gente! Ahora buscamos alguien de administración de sistemas Linux
the dadaist branch of reality where someone with pronouns in profile says a software license is just words and has no consequences.
Why do some people have such ridiculous takes on things? Billionaires are arseholes. Why? Could it be, I don't know, capitalism? Money? Greed? No, it must be technology that brings out “the very, very worst in humans”. I mean, everybody knows that Dennis Ritchie, Don Knuth, Alan McKay, Don Woods or Whitfield Diffie (look them up) are LITERALLY HITLER.
I am, without a doubt, the most interesting person I know.