La extinción periodo Ordovícico, hace unos, 500 millones de años, produjo una dramática diversificación de las formas de vida del planeta, en ese momento submarinas. Se cree que se originó en una serie de impactos cometarios que duraron unos 40 millones de años.
Una investigación reciente identificó los cráteres de 30 de esos impactos, y los situó donde deberían haber estado en el momento en el que ocurrieron. Resulta que todos ellos sucedieron a no más de 30° de latitud del ecuador. Es decir que los fragmentos cometarios que los causaron giraban en torno a la Tierra.
¡La Tierra tuvo anillos!
Se especula que, como ocurrió con Saturno, Urano, Neptuno y Júpiter, un cometa se acercó demasiado a la Tierra y se rompió en pedazos, formando un sistema de anillos en torno a nuestro planeta, que luego fueron cayendo durante los 40 millones de años subsiguientes.
Los anillos deben haber sido visibles desde la superficie, y es probable que su sombra haya enfriado la atmósfera, causando una de las primeras glaciaciones.
(Fuente: Anton Petrov)
Existe un misterio en la astronomía respecto de las estrellas que desaparecen misteriosamente.
Comparando fotos de campos estelares tomadas hace medio siglo con fotos más actuales, se ve que faltan miles de estrellas.
La hipótesis es que esas estrellas colpasaron en agujeros negros o estrellas de neutrones sin pasar por la explosión de supernova.
Hay evidencia reciente en un sistema estelar binario donde una de las estrellas desapareció, pero se puede ver que su masa sigue allí agitando el movimiento de su compañera.
En Dyvulgativa sin embargo tenemos una hipótesis diferente: las estrellas se apagan porque una secta de monjes tibetanos se compro una computadora capaz de computar los nueve mil millones de nombres de Dios.
Fuente: Anton Petrov
En el lago Malawi en el África central hay más especies de peces que en todos los cuerpos de agua dulce de Europa.
Hay un sólo tipo de pez que se ha diversificado en ¡800 especies diferentes! Y además es probable que ese proceso de creación de especies se repita varias veces durante nuestras vidas.
La razón es que en ese lago y para ese tipo de pez en particular se superponen varias causas de especiación. Hay muchas fuentes diferentes de alimento, hay muchos hábitats muy aislados unos de otros, los machos son muy agresivos con sus iguales por lo que lucir diferente es una ventaja evolutiva, etc.
El lago Malawi es un ejemplo de cómo la diversidad biológica aparece de manera natural en los ambientes estables.
La contraparte es la uniformidad biológica. Eso se debe en general a la aparición de especies invasoras, que no tienen enemigos naturales y que superan rápidamente a todas sus competidoras transformándose en plagas.
Hoy el mundo se dirige hacia la uniformidad biológica por acción de una plaga en particular. Una que se puede ver usando espejos.
(Fuente SciShow)
Hay una pandemia que está matando murciélagos aceleradamente, haciendo que su población se desplome en las regiones que van siendo afectadas.
Una investigación correlacionó la difusión geográfica de la pandemia con la mortalidad infantil en la población humana: en las regiones donde la cantidad de murciélagos disminuyó abruptamente, la mortalidad de niños humanos subió un 8%.
La conexión son los pesticidas: sin murciélagos, la agricultores se vieron forzados a usar hasta 30% más de venenos para controlar a los insectos. Estos químicos tienen efectos en salud humana, particularmente en el desarrollo fetal.
Ninguna especie es inmune a una extinción masiva. Ni siquiera la que la provoca.
(Fuente: abcnews)
Y hablando de cuellos de botella, los ocho mil millones de seres humanos que hoy pueblan la Tierra son descendientes de sólo 1300 individuos de especie homo erectus, que sobrevivieron a la primera glaciación intensa hace 900000 años.
La evidencia genética y fósil sugiere que el frío aniquiló a nuestros antepasados, llevándolos casi al borde de la extinción. Tardaron mas de 100000 años en recuperar su número, y esta recuperación coincide con otro hito de nuestra evolución: el control del fuego.
Otro punto interesante es que es dentro de esa nueva explosión poblacional cuando se produce la fusión de dos cromosomas dando lugar a nuestro actual cromosoma 2, en un linaje del que surgirían más tarde los denisovianos y los neandertales, y luego los sapiens.
Entonces, es posible que hoy seamos lo que somos, seres tecnológicos con 23 cromosomas, debido a nuestra casi extinción por el frío hace un millón de años.
Es significativo, si tenemos en cuenta que hubo otra especie que era capaz de manipular el ambiente y tenía pocos enemigos naturales, y que hubiera podido dominar la tierra incluso en el frío si nosotros nos hubiéramos extinguido: los infortunados mamuts del post anterior.
Los mamuts se extinguieron hace unos diez mil años, víctimas del cambio climático al final de la última glaciación... y de las lanzas de nuestros antepasados.
Excepto que no se extinguieron del todo.
Al descender el nivel del mar, un grupo de tan sólo ocho individuos fértiles, probablemente junto con algunos cachorros y viejos, quedó aislado en una isla del tamaño de Creta en el océano ártico, al norte del estrecho de Bering.
Por todo lo que sabemos sobre genética, a una población tan pequeña le debería haber ido tan mal como a los Asburgo, y debido a los efectos de la consanguinidad deberían haberse extinguido muy rápidamente.
Sin embargo, en unas pocas generaciones la población había crecido a 300 individuos, y sus descendientes sobrevivieron ¡durante seis mil años más!
Cuando el último mamut murió, la gran pirámide de Giza tenía 600 años, ya se había escrito la Epopeya de Gilgamesh, había gente viviendo en las Siete Colinas y existía la fortaleza de Cnosos y el mito del Minotauro.
Comprender la historia de los mamuts de la isla Wrangel tiene consecuencias en la conservación y recuperación de la fauna en peligro de extinción a partir de pequeños grupos, y también podría decirnos algo acerca de futuras estrategias de supervivencia para nuestra especie.
(Fuente: Stefan Milo)
Las colisiones galácticas resultan en un baile gravitacional de mil millones de años, como se muestra en esta fascinante simulación de supercomputadora. La simulación representa la colisión de dos galaxias espirales y se complementa con imágenes reales de colisiones galácticas en varias etapas capturadas por Hubble.
Divulgación científica.